Imaginar la magia, despertar las páginas de la memoria momificadas en tinta de imprenta, en la gloria. Metida hasta dentro, al fondo de todo tu interior. Pinceles, dan gotas de placer de pinceladas de color a tu mirar. Se abre la visión, una vez plantado, germinado, floreció. No falló el poder de las palabras al leer para comprender. La magia existe entonces, en la esencia se ve, pero la ciencia ignora. Aunque miren miles de personas no evitamos que disimulen. Corren supuestos empecinados dispuestos a descubrirse.
Develados se embarran, emborrachados se aburren, aplastados recontra usados, hechos percha, recien ahí se tiran a mirar para otro lado. Y mientras tanto vos, tirás con tiritas. Nudo a nudo armando soga para escapar por la ventana, sin mucho cálculo porque números sobran, me lanzo en caída libre me tiro de este cuarto.
Imaginar la magia, despertar con alas, apretar las palmas ser aire, ser calma. Flotar en contradicción a la gravedad, lo imposible es novedad.
Las leyes físicas más precisas van perdidas, de los cuerpos toscos, a la geometría líquida. Ahí cambia el parecer, puede aparecerse con otra imagen que nuestra costumbre no lo entiende perfectamente.
Entes sutiles van miles transparentes. Se ven bien sin mucho cálculo, porque números sobran, más bien desde otro ángulo, pero eso pocos lo sostienen, o soportan.
Imaginar la magia es lo que importa.
Imaginar la magia es lo que importa.